el soporte del entorno. A la izquierda se pone El Diablo al revés, para alejar a los habladores. Viendo a los enamorados en transparencia, se pide al Tarot: “Que todo vestigio de recelo abandone a estos enamorados, que nadie afecte su amor y vivan felices”.
Para fortalecer el cariño, se ubica a Los Enamorados y a su derecha La Luna, que simboliza sensibilidad y romance. A su izquierda se sitúa El Carro, simbolizando el legado, memorias y momentos vividos; con la idea de consolidar memorias bonitas que inciten el romance en el futuro. Se visualiza a la pareja amorosa, repitiendo: “Que el poder natural sostenga a estos enamorados y los oriente con estabilidad y lindos instantes”.
Para robustecer el sexo, se pone, encima del naipe de Los Enamorados, El Diablo, y encima de este, se pueden colocar El Sol y La Muerte, para pedir vitalidad, fuerza, ingenio y cambios de conducta. Se visualiza a los enamorados haciendo el amor y se dice: “Que el poder, vitalidad e imaginación aquí presentes gratifiquen sexualmente a …(nombres)”.
Para fortalecer los atributos personales, se simboliza una alteración positiva con la carta de La Muerte en posición derecha. Al lado de esta se sitúa El Emperador o Emperatriz, según el sexo del interesado, con la finalidad de transmitir fortaleza, confianza y energía. Se visualiza al sujeto y se pide: “Con este poder, pido al augurio del Tarot que aumente los atributos humanos y afectivos de …., para que halle el amor.”
Los ceremoniales concluyen cuando la vela rosa muere, es la primera en apagarse pues es la base de fuerza.
1 2